En Chile están prohibidos los juegos de azar excepto en casos de beneficencia (Loterias y Polla) o cuando estén regulados por la SCJ.
Los mal denominados “Casinos populares” de nuestro país son espacios de juego prohibidos, ya que así lo recogen las leyes chilenas. Estos Casinos de juegos clandestinos que se expanden por toda la geografía nacional no deberían estar operativos, ya que únicamente son aprobados aquellos que pasan por el filtro de la Superintendencia de Casinos de Juegos (SCJ)
En muchos de los casos, las personas que explotan estas salas utilizan diferentes palabras para definir lo que allí ocurre y convierten los juegos de “azar” en juegos de “destreza”. Desgraciadamente, esta treta gramatical llega a ser aceptada como buena en algunas ocasiones, dejando en evidencia las leyes que rigen el mundo del juego en Chile.
Y en muchos casos se ha pasado de unas cuantas máquinas tragamonedas instaladas en un pequeño cuarto de una calle casi oculta a verdaderos Casinos instalados en el centro de barrios importantes en diferentes localidades.
Estos casos se agravan cuando “tropiezan” con la complicidad de la municipalidad. Las alcaldías, mediante el cobro de impuestos, encontraron en estas salas una vía de ingresos ciertamente lucrativa. Así que, en la mayoría de los casos, optaron por “legalizarlos” a través de escritos que no tienen más valor que el del papel en el que están impresos.
Daniel García, líder de la entidad desde el pasado mes de febrero, mantiene una lucha sin tregua ante esta situación, movilizando los recursos humanos y materiales que tiene a su alcance, que no son demasiados. Si a eso le sumamos la poca o nula colaboración de algunas Municipalidades, el panorama resulta desolador.
Según la SCJ más de 33.000 máquinas de juegos de azar operan de manera clandestina en alrededor de tres mil locales que cuentas con una patente municipal vigente. ¿Cómo luchar contra esto? Ustedes dirán…