El responsable del inmueble que reabrió el negocio, clausurado previamente por orden judicial, sin autorización alguna, lo que podría suponer una importante pena por el delito de explotación de un centro de juegos de forma ilícita.
Para entender este caso debemos irnos atrás en el tiempo, allá por mayo de 2015. Por entonces, la corte de Chillán notificó la clausura de un centro de juegos de azar popular conocido como Big Money, propiedad de Jorge González Torres, ya que no contaba con los permisos pertinentes para operar.
Más de un año después, exactamente en el mes de junio, varios inspectores municipales detectaron que el local había procedido a su reapertura a pesar de que la sentencia de cierre aún se mantenía. Los funcionarios notificaron que los precintos que sellaban la entrada del inmueble, ubicado en calle Constitución número 641, habían sido rotos.
Tras recibir la noticia, la Alcaldía se puso a trabajar y decidió interponer una denuncia ante la fiscalía municipal en contra del propietario del centro en cuestión. No se tardó mucho en confirmar la información transmitida por los inspectores locales, por lo que el pasado miércoles se llevó a cabo un juicio simplificado. En él, el Juez de Garantía Carlos Benavente decidió declarar Jorge González Torres como culpable por el delito que se le imputaba y dictará sentencia el próximo lunes 3 de octubre a mediodía.
Este hecho supone un precedente para la localidad de Chillán, por lo que se espera que otros casos que vulneran la autoridad local que deben ser juzgados tengan análogas consecuencias para sus responsables.
Por último, hemos de indicar que esta es una práctica bastante común entre empresarios del gremio, ya que muchos de ellos apenas respeten la obligatoriedad de obtener una licencia para operar este tipo de establecimientos en Chile. Así pues, y a pesar de los avisos, muchos de ellos continúan lucrándose de un negocio totalmente ilegal, lo que parece en vías de cambio si se sigue la línea iniciada con este caso.